Mini-crónica: III Salón del Manga y Cultura Japonesa de Bilbao

NO ME LO PUDIERON FIRMAR,
PERO EN CASA QUE ESTÁ.

¡Unos días después, por fin llega mi mini-crónica!
El sábado 24 de junio me dejé caer por Bilbao. Tenía pendiente ir a este salón desde que lo vi anunciar hace unos meses e intenté cuadrar las fechas que pasaría en Cantabria (tierra querida) para poder ir.
¿Qué me encontré, qué hubo y qué me perdí?
¡Ahora mismo lo sabréis!

Sabed que por causas diversas del destino y que no vienen a cuento, llegué muy, pero que muy tarde. Cogimos tarde los billetes del bus y se nos echaba el tiempo encima a mis dos amigos y a mí. Por Twitter, iba hablando con una amiga que es de allí que decía que había mucha, mucha gente, ¡que el aforo estaba completo, las colas paralizadas, la gente desilusionada! ¡Un caos, un drama para una neófita como yo en este mundo! Yo ya estaba diciendo que me cogía la entrada para el domingo, que tenía que ver al menos cómo era por dentro. ¡Algo!

Por muchísima suerte, la señorita A (no desvelaré su nombre completo, chinchaos) nos consiguió las entradas y, bueno, entramos, no nos íbamos a quedar allí como pasmarotes.

¡¡NEUH!!

Para empezar, fui al expositor de NEUH. Los conocía ya de Twitter y me dirigí hacia ellos con A (mis amigos estaban todavía flipando que hubiésemos podido entrar). Qué gente más agradable, maja, habladora, abierta y optimista, por el amor de Om. Allí cayó tres cómics de Dani Ruiz: «Piratas del Cariberáneo». Porque el artbook de mitología vasca de Ikan y Naora, «Basakume», ya lo tenía.

Después bajamos y ante mí había un montón de expositores, gente con cosplay, gorros, mangas, GORROS, DIANTRES. Pillé justamente el concurso de cosplay y me sorprendió cómo era (soy novata, recordemos): se emite una escena del anime del que se hace el disfraz para que se sepa de qué va la cosa, después suben las personas con el cosplay y representan la escena. Había una currada de disfraces: cu-rra-da. ¿Y sabéis lo mejor? Que había un enorme buen rollo.

Estuve deambulando por allí, mirando todo maravillada. Pasé por el expositor de Ediciones Babylon donde ya no pude coger nada (porque mi presupuesto iba para el gorrito), pero vi de refilón a Javier Bolado y a la pareja de Xian Nu Studio. Gracias a un número de la revista de Otaku Bunka, estuve ojo avizor a las figuras que no parecían del todo verdaderas. La zona de juegos estaba poco transitada en ese momento por el concurso cosplay, ¡pero había hasta un juego de taiko! Yo busqué mi gorrito. Tardé lo mío, ¡pero lo conseguí! Un gorro de un sincorazón, sí, eso es, marmota.

Fue una experiencia genial. Corta, pero genial. Espero repetir en 2018 o ir este año al XXIII Salón del Manga de Barcelona (cruzo fuerte, fuerte, fuerte los dedos). Como dije, llegué tarde pero teniendo en cuenta que las entradas on-line estuvieron agotadas, hubo largas esperas en la cola por el aforo completo y yo vi un porrón de gente, mi consejo a alguien que quiera ir el próximo año es: CORRED, INSENSATOS, Y HACEOS ANTES CON LAS ENTRADAS. Aquí podéis ver el programa que hubo para que sepáis que podría deparar en la próxima edición.

Lamento que sea tan cortita,

¡espero que si voy a la de BCN sea más larga!

Gracias por leerme, gotucas.

Marmota Insomne.